Todos los que deciden llevar a cabo un mandato basado en la ideología maquiavélica, son caracterizados como personas soberbias que actúan sin sentimiento alguno, con una gran frialdad. En este sentido podemos destacar a figuras del rango de Hitler o Mussolini. Pero también personajes queridos en su momento, como por ejemplo Juan Domingo Perón.
Perón
fue capaz de explotar políticamente cualquier coyuntura que se le presentase y
en este aspecto fue, además de realista, un oportunista que aprovechó al máximo
las circunstancias favorables y los errores de sus contrarios. A esto agregaba
la audacia para la maniobra política y un sentido imaginativo para los cambios
de frente y para dirigir la atención pública a donde él deseaba. Como señalan
Floria y Belsunce, Perón era un egocéntrico que le llevó a identificarse
plenamente con el estado, hasta el punto de considerar todo lo que le era
contrario como antinacional, antiargentino.
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